Se le ocurrió insinuar que de la frase «Salud, dinero y amor» no había nada que no tuviera. Lo siguiente fue ver bajar los euros de su cuenta, convertir al Paracetamol en el mejor de sus amigos y ver tambalearse al pilar que se había forjado a lo largo del último año.
Decidió que nunca volvería a nombrar a la felicidad en voz alta.